miércoles, 9 de septiembre de 2009
Mitos poco conocidos de la A a la Z
[*NOTA PREVIA*: este mito no es poco conocido, así que el título es una falacia. No obstante, esta historia me encanta y decidí inscribirla en mi blog]
Izanami e Izanagi ("La mujer que invita", también escrita como 伊弉冉尊 o 伊邪那美命 / "el hombre que invita", registrado en el Kojiki como 伊弉諾, y en el Nihonshoki como 伊邪那岐; también escrito como 伊弉諾尊) mitología japonesa. Tradición shintoísta.
Son la pareja primigenia de Japón, los creadores del mundo tal y como lo conocemos - el hecho de que sean pareja y gemelos es un factor compartido con los mitos de creación de todo el mundo. Según la leyenda, al nacer se colocaron en el puente del cielo y desde allí removieron el mar original. Cuando extrajeron la lanza, se escurrieron unas gotas de las que nació la primera isla, Onogoro. Izanami e Izanagi descendieron a la isla y se convirtieron en marido y mujer. Su primer hijo nació deforme, y esto se atribuía a que en la ceremonia de boda Izanami había hablado antes que su marido. Repitieron su ceremonia de boda correctamente, y nacieron entonces ocho hermosos hijos, que devinieron las ocho islas de Japón; tras ellos, crearon otros dioses que representarían los diversos elementos naturales: las montañas, las cascadas, los vientos... hasta que Izanami dio a luz al dios del fuego, Kagutsuchi, cuyo parto trajo la muerte de su madre. Incluso muriendo, Izanami siguió engendrando dioses, que también nacieron de las lágrimas de Izanagi, lleno de rabia.
A su muerte, Izanami se dirigió a Yomitsu Kuni, el reino de los muertos. Izanagi quiso ir allí y recuperar a su amada esposa del mundo de las sombras. Al llegar, Izanami lo saludó desde la oscuridad y le pidió que no la mirase mientras se preparaba para apartarse de la compañía de los dioses de Yomi. Izanagi, desatendiendo a su petición, y lleno de deseo, encendió una antorcha y miró hacia allí: quedó horrorizado al ver que su esposa se había convertido en un cadáver putrefacto, y escapó.
Izanami montó en cólera al ver que su marido había desobedecido a sus súplicas, y envió en pos de él ominosos espíritus femeninos, ocho dioses del trueno y un ejército de fieros guerreros. Con todo, Izanagi logró escapar y bloqueó el paso entre el Yomi y el mundo de los vivos con un gigantesco canto. En ese enclave fue donde rompieron su matrimonio.
Para purificarse de su contacto con los muertos, Izanagi se bañó. De su ropa, mientras él estaba en el agua, nacieron dioses buenos y malos. También de su cuerpo: Amaterasu, la diosa del sol, nació de su ojo izquierdo; Tsuki-yomi, el dios lunar, nació de su ojo derecho (nótese el distinto sexo que se le atribuye a las divinidades astrales, siendo aquí la mitología japonesa comparable a la azteca); por último, Susano-ô, el dios de las tormentas y tempestades, surgió de su nariz. Orgulloso de su noble prole, Izanagi repartió su reino entre ellos tres.
[mythencyclopedia.com]
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Es un mito precioso!
ResponderEliminar¿Cuál es su origen? ¿Es un mito popular, literario, ambas cosas...?
Pues mira, por lo que puedo saber, es un mito popular y literario. Al menos, como dije antes, está en el Kojiki y en el Nihonshoki, dos crónicas antiguas que son el equivalente japonés (a mi modo de ver) a los Annales romanos. De todas maneras, creo que tiene su origen en creencias populares.
ResponderEliminarGracias por comentar!
Duda resuelta, jeje. Y gracias por las recomendaciones pictóricas, la exposición sobre Maruja Mallo ya la tenía en mi punto de mira, pero de la del hiperrealismo no tenía noticia!
ResponderEliminarSaludos
Pues es impresionante, aparte son artistas bastante jóvenes y creen en un arte contemporáneo que no está reñido con la figuración realista (algo extraño, según parece)!
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