jueves, 8 de abril de 2010

5 meses y nada

Ni excusas, ni cuentos: la sequía mental me ha sobrevenido al buscar un personaje poco conocido de la mitología (y quiero subrayar el "poco conocido", porque conocidos hay a patadas) que comenzase por L y lo he ido dejando, dejando, dejando... Hasta volver a mi blog y deprimirme, pensando: "¿y para esto lo he abierto?". Pues hoy, 08 de abril del 2010, cinco meses después aproximadamente, he tomado una resolución.
Veréis, verán: mi intención era no interrumpir mi retahíla de mitos y leyendas "no antes hollados por la suela de nadie", u hollados poco. No obstante, al ver el resultado que ha dado este enfoque, por culpa del cual he dejado atrás ideas y reflexiones interesantes en el tintero- realmente, se me han ocurrido muchas ideas que no he escrito por culpa de esta maldita colección mítica -, he tomado una resolución. No voy a cerrar las puertas hasta que el dichoso o la dichosa (¿quizá debiera decir "bienaventurado/a"?) L-divinidad aparezca, sino que voy a "reabrir el negocio" y postear, postear y postear. ¿Que suena la siringa por casualidad? Pues la escucharemos.
Tengo una serie de ideas en relación con este blog. La iniciativa Quirón, a la que solicité que me introdujera en su "constelación" de blogs, me respondió, con razón, que si mi espectro de actuación iba a rebasar el ámbito grecolatino, quizá no interesara; pero mi forma de pensar es distinta, y, ya que opino que en la Antigüedad los cultos míticos - y no sólo los de raigambre indoeuropea - estaban mucho más imbricados y relacionados entre sí, no me puedo permitir el prescindir de mi adorado oriente. Y lo que es más, pienso tener en cuenta todos los elementos que hagan falta para enriquecer este blog con un bagaje cosmopolita, abierto y amplio, incluso de culturas que a nuestra civilización (indo)europea de rancio abolengo le resultan muy ajenas.

Y como dice aquella frase latina: "et non erubescebant".

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